Un proceso de congelación eficaz es esencial para la producción de productos vegetales. Muchos factores pueden afectar al rendimiento, como la distancia entre el evaporador del congelador y la aspiración del compresor y la altura del elevador de retorno húmedo. Además, el secado del congelador después de la limpieza puede ser ineficaz y llevar mucho tiempo, lo que se traduce en un tiempo de inactividad prolongado. Pero hay una forma de hacer que el proceso de congelación sea un 15% más eficiente y, al mismo tiempo, reducir la cantidad de refrigerante en un 50%.
Un reto común a la hora de optimizar el rendimiento en el proceso de congelación es que el evaporador del congelador y la aspiración del compresor suelen estar muy separados, apoyados en un sistema de bombas. Otro reto es que el tubo ascendente de retorno húmedo suele ser muy largo debido a la gran altura de los techos de la planta. Al devolver el refrigerante al compresor, estos factores pueden provocar caídas de presión, causando pérdidas de temperatura o energía. Al separar el líquido y el gas cerca del congelador -y no lejos como en un sistema de bombeo tradicional- es posible ganar capacidad de producción o reducir el consumo de energía.
Esta idea es la que subyace en el diseño del sistema de bajo volumen (LVS) de JBT. Este invento único optimiza el sistema de refrigeración separando el refrigerante líquido del gas y regulando la cantidad, proporcionando un retorno seco al compresor y eliminando la necesidad de la aspiración húmeda y la bomba de refrigerante. El sistema es menos exigente en cuanto a energía y mucho más eficiente, con una capacidad de congelación hasta un 15% mayor o un consumo de energía 15% menor.
Hasta un 15% más de eficiencia utilizando un 50% menos de refrigerante
En un sistema tradicional de refrigeración por bombeo, las caídas de presión provocan pérdidas de temperatura de entre 3 y 5 °C. En un sistema LVS sólo se pierden 0,5°C, incluso en distancias de tuberías muy largas. La menor pérdida de succión puede mejorar el rendimiento de la congelación, reduciendo los costes o aumentando la capacidad. Por ejemplo, si el compresor funciona a 1°C más de temperatura con la misma capacidad, se consigue un consumo de energía un 3% menor, reduciendo el consumo de energía y manteniendo el mismo rendimiento con más kilogramos de producto/kWh. Por otra parte, si la temperatura del evaporador es 1°C más fría, la capacidad de congelación aumenta un 3%.
Cada grado Celsius menos equivale a un aumento del 3% en el rendimiento del congelador, por lo que los 5°C menos de pérdida de succión con el LVS pueden suponer una gran diferencia.
Frigoscandia LVS también hace que el congelador sea más eficiente para el cliente al reducir la cantidad de refrigerante a la mitad. La tecnología de refrigeración requiere un 50% menos de carga de refrigerante que los sistemas tradicionales porque las tuberías del congelador y los evaporadores nunca se inundan completamente de refrigerante. El retorno completamente seco al compresor también minimiza el refrigerante necesario. Minimizar la cantidad de refrigerante es positivo porque las normativas locales suelen tener exigencias de seguridad que aumentan con la cantidad de carga de refrigerante (en uno o varios pasos). Estas exigencias pueden dar lugar a costes más elevados, por ejemplo, para un operador de refrigeración a tiempo completo, un plan de seguridad, equipos de seguridad y formación de seguridad adicional para el personal. Además, el LVS utiliza principalmente la sustancia natural amoníaco, que no tiene efectos de agotamiento de la capa de ozono (ODP) ni de calentamiento global (GWP) si se libera a la atmósfera.
Acortar la secuencia de secado
Otra área en la que Frigoscandia LVS puede crear un proceso más eficiente es el secado del congelador después de la limpieza. Tradicionalmente, el secado se ha realizado con ventiladores. Pero al igual que en un lavavajillas doméstico, no estará completamente seco si no se abre la puerta para ventilar porque es difícil eliminar toda la humedad con un ventilador. Y en un entorno típico de fábrica, donde las condiciones suelen ser húmedas, mojadas y cálidas, el uso de ventiladores para secar es un proceso aún más lento. Cualquier intento de acelerarlo corre el riesgo de dejar agua en el congelador.
Si el congelador está todavía húmedo, el agua puede congelarse en las piezas móviles, causando problemas con la mecánica. Por lo tanto, hay que secar el congelador a fondo, lo que suele llevar varias horas, sobre todo en el caso de los congeladores en espiral de tamaño medio y grande, en los que hay mucho acero. El secado suele ocupar un tercio del tiempo total de limpieza, por lo que disponer de un congelador seco que vuelva a funcionar lo antes posible es fundamental para evitar el tiempo de inactividad. Sin embargo, esto no siempre es posible con los métodos de secado convencionales, porque se acaba teniendo un congelador caliente que tarda mucho en enfriarse.
Un secado más rápido y eficaz
Para solucionar este problema, JBT inventó el LVS QuickDry. Es una solución innovadora a las dificultades de secado que utiliza un sistema de ciclo de condensación patentado para eliminar rápida y eficazmente todas las gotas de agua de los congeladores Frigoscandia. LVS QuickDry condensa la humedad en el evaporador antes de calentarla rápidamente con gas caliente. Este proceso hace que la humedad congelada en el evaporador gotee hasta el suelo, eliminando rápidamente la mayor parte del agua. A diferencia de la mayoría de los sistemas de secado tradicionales, que pueden tardar dos horas y media en conseguir resultados, lo que supone un tiempo de inactividad considerable, el LVS QuickDry acorta la secuencia de secado hasta una hora y deja la máquina fría, ahorrando tiempo y energía.
Si desea saber más sobre cómo puede hacer que su proceso de congelación sea más eficiente y sostenible con el sistema de refrigeración LVS y LVS QuickDry, no dude en ponerse en contacto con uno de nuestros expertos en procesamiento de alimentos. Puede reservar una reunión técnica aquí.
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